Tenía que ser así. Con el puñal entre los dientes. Con el corazón y los riñones por delante.
Con el orgullo para sacar un partido donde se jugaba no un título, sino el futuro de mucha gente, los Jaguares pudieron enfrentar el destino y después de un sinfín de sufrimientos lograron derrotar 1-0 a los Tecos para garantizar su permanencia en la primera división en una temporada para olvidar, pero que tuvo el pequeño pero gran ingrediente de tener a los aficionados de su lado.
Así, cobijados con ese calor que muestra la gente de esta capital, los felinos salieron dispuestos a vender caro su futuro y sin importarles quedar en evidencia, mostrando más corazón que buen futbol, pudieron desterrar la mala suerte que les jugó casi todo el partido en su contra, para encontrar la iluminación en los pies de Gilberto Mora para aventarse un golazo que valió toda la temporada.
Y que selló la permanencia de un equipo que vivió la pena y la gloria de ser una franquicia cobijada por su afición, pero sin resultados que pudieran corresponder a esa vehemencia, sino hasta ahora, con esta salvación que garantiza el futbol de primer nivel en esta zona.
En realidad, Jaguares trató de jugar con su estilo, pero cuando comprendió que la presencia de Tecos no iba a permitir ninguna concesión, entonces decidió rifársela en la cancha y con ese esfuerzo tratar de encontrar los recursos para asegurar un resultado que les permitiera manejar el partido y así heredarle el problema a los Colibríes que en Morelos no pudieron con Cruz Azul.
Empero, la tensión del partido y la mala suerte jugaron en su contra, pues a pesar del apoyo de la gente, el destino parecía estarles jugando las cartas en contra al fallar varias oportunidades que fueron a dar al poste y después entregar un penal por parte del argentino Lucio Filomeno a las manos del portero de Tecos, Mario Rosales.
Empero, el cuadro local siempre tuvo claro que se la iba a rifar en los 90 minutos y cuando todo parecía en su contra, cuando las paladas de tierra casi cubrían su ataúd vino ese golazo de Mora a los 82 minutos que cambió la decoración de las hostilidades e hizo que el “Víctor Manuel Reyna” se convirtiera en un manicomio, justo cuando los Tecos quisieron contestar con violencia, pero al final, el cuadro de Sergio Bueno pudo soportar la presión e imponerse a la adversidad para mantener su sitio en la primera división gracias a su victoria y el empate de Colibríes ante Cruz Azul.
LOS DETALLES
Como ya dijimos, Jaguares salió decidido a rifársela desde el primer minuto para resolver su destino por sus propias manos, empero, sus deseos no fueron correspondidos con la claridad y lucidez en sus hombres dentro de la cancha, quienes por querer resolver lo más pronto el partido se precipitaron y jugaron en su contra.
Tecos, por su parte, hizo lo que tenía que hacer. Es decir, ser un rival coherente, bien plantado en la cancha y tratando de imponer el ritmo y el futbol. Así, el duelo fue como la cacería del gato y el ratón, sólo que el gato se desesperó y los tapatíos empezaron a tener a su favor las circunstancias del juego.
Y es que después de estrellar tres balones en los postes y dejar escapar un penalty, nada parecía que los iba a iluminar, no obstante que Bueno echó toda la carne al asador en los 90 minutos. Pero jamás pensó que las ganas y la precipitación lo iban a llevar a un callejón sin salida, de no ser por el golazo de Gilberto Mora a los 82 minutos que valió toda la temporada y con ello, la recompensa para los 35 mil aficionados reunidos que los terminaron vitoreando como héroes y dejando de lado todos los sufrimientos de la temporada.
EL GOL
1-0, minuto 82: Gilberto Mora cobró un tiro libre en los linderos del área grande. Tiba estaba perfilado, pero el mediocampista lo quitó del balón y confiando en su pierna mandó su disparo con efecto y en esta ocasión se fue a colar pegado al poste izquierdo para un golazo que dejó parado al portero Mario Rosales.
